Las semillas comestibles constituyen el origen de la nutrición, contienen en reserva los elementos necesarios para sostener con vida las primeras etapas de la futura planta, son alimentos que pueden conservarse vivos tras su almacenamiento. Por esa razón, es comprensible que figuren entre los primeros productos alimenticios cultivados por el ser humano, pues cuentan con altas concentraciones de vitaminas, proteínas, minerales, enzimas y aceites esenciales en estado crudo.